Ojalá algun día Cuatro tenga la sensatez de programarla en prime time para que el gran público pueda verla y apreciarla.
La serie se ambienta en los años 60 en una agencia de publicidad y nos muestra como ha evolucionado el mundo en 40 años. En la agencia Sterling Cooper se reunen en un despacho un grupo de publicistas varones, elegantes, fumando, bebiendo bourbon y creando grandes campañas para vender al público el "american way life". Al otro lado de la puerta, a fuera, hay un grupo de secretarias con sus vestidos "vintage"., su carmín rojo, contestando llamadas y capitaneados por la jefa de secretarias que domina a la perfección el arte de la seducción. Para los publicistas ellas sólo pueden ser secretarias, sus futuribles esposas o posibles presas de seducción, jamás unas iguales pero es grandioso ver lo que ha conseguido el femenismo en pocos años.
Me gusta la serie porque me transporta a un mundo que no he conocido pero al verlo me siento cómo si estuviera allí, com si leyera una novela y eso es gracias a la ambientación y las interpretaciones. En eso gana Jon Hamm que tiene la suerte de interpretar a Don Drapper el gran creativo, genial en su trabajo, padre de famíla, seductor nato pero con un pasado gris que le cierra las puertas del alma. Drapper es carismático, sí, esta es la palabra correcta pero calculador y frío, nunca consigues saber que le pasa y eso engancha. El varón misterioso. Junto a él tenemos a su esposa abnegada, al trepa, al jefe maduro infiel, a la secretaria buena chica o la seductora jefa de secretrarias. Juntos con ellos aprendo como eran esos años, la campaña política de Nixon vs Kennedy, las campañas de Lucky Strike, la vida de las señoritas de clase bien o me escandalizo cuando oigo a Betsy decirle a Don:
- "El niño merece ser castigado ¿porqué no le has pegado? Que sería de ti si tu padre no te hubiera dado unos azotes, no serías el hombre que eres ahora".
Y está es la grandeza de Mad Men que te cuenta las cosas tal y com eran.
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