El fet de ser una dels 4 milions de persones afectades per la crisis és un putada però també té coses bones, una d'elles és que tinc més temps per dedicar a les meves inquietuds. Des de fa un temps em sento atreta per la fotografia i he descobert una petita part de l'obra de Bill Brandt.
Us en deixo una petita mostra, si us captiva com a mi no podreu de deixar de buscar imatges seves que tenen un mateix denominador comú: contrastos, blanc/negro i dosis d'al·legoria.
Acabo de ver el final de la 4a temporada de Dexter y sólo puedo decir una palabra: Magistral. Los últimos 3 minutos son brutales y sucede algo demasiado importante, a la par que aterrador, pero que ha conseguido dar un vuelco a la historia y nos deja a todos los espectadores con los ojos como platos y comiéndonos los nudillos de cara a la nueva temporada.
Esta serie es para analizarla con detenimento, el año pasado creí que ya no podía dar más de si ( la 3a temporada me pareció la más floja aunque notable en su conjunto) y que a partir de ahí la serie iria cuesta abajo. Me equivoqué. Los guionistas han encontrado la fórmula del alquimista y han escrito una temporada casi perfecta con finales impresionantes, ha creado nuevas relaciones, tramas muy bien hiladas y, sobretodo, le han dado a Dexter otro monstruo con el que medirse.El 1r año Dexter luchaba para manter su identidad, su oscuro pasajero, a raya pese a los caprichos del destino y del pasado. En la 2a temporada el rival era su propia monstruosidad que amenazaba en descubrirse y en la 3a temporada él mismo cometía el craso error de querer compartir su secreto con otro monstruo y ponerse en posición de jaque mate.
Fa ja unes setmanes, un dissabte amb un significat especial, em vaig deixar caure pel CCCB per contemplar l'exposició fotogràfica del World Press Photo 2008. Fotografies que m'anaven seduint i entre elles les d'en Fu Yongjun. La imatge que veieu pertany a un conjunt que es van fer al mateix lloc però en diferents moments del any, així l'artista consegueix crear un paisatge canviant.
Avui em decideixo per aquesta en el dia que entrem a l'hivern
Casi un año después vuelvo a un concierto de Quique González, esta vez en Razzmatazz y muy bien acompañada. Primera impresión: el de Madrid ha decorado el escenario con un cartel de los luces de neón con el nombre del nuevo disco, no podía ser de otra manera porqué sus canciones están impregnadas de esta imagen decadente, a la par que romántica, de bares de carretera con mucho rock'n'roll.
Vengo muy predispuesta a saborear el Daiquiri pero a través de mis oídos y no me defrauda con un repertorio donde mezcla lo mejor de lo nuevo y lo mejor de lo antiguo. Quique nos sirve un concierto generoso donde demuestra que pese a su atractiva timidez en el escenario cada día es mejor artista
De lo nuevo me emociono con la letra de Lapido en Algo me aleja de ti y disfruto de paladear en directo Su día Libre,Daiquiri Blues, etc pero el momento especial de la noche, encima y bajo del escenario, lo siento durante lo que dura esa La luna debajo del brazo. Siento girar el poniente en mi pelo.
Cuando Quique interpreta sus clásicos la gente enloquece: la sensualidad de Hay partida y Hotel Los Ángeles, la melancolía y poesía de Y los conserjes de la noche, Salitre y Pequeño rock and roll o la infalible Miss camiseta mojada que sirve de punto y final.
Se apagan las luces, sigue la noche y llega el día siguiente pero yo aún sigo escuchándole cantar eso de "necesito entrar en los sueños de alguien" y no puedo más que asentir.
