Imaginate un escaparate enorme, luminoso, bello y en él se expone lo que tu quieres delante de tus ojos. Puedes verlo y si alargaras el brazo lo podrías tocar, es perfecto pero no puedes tenerlo. No juega en tu liga o simplemente ya lo tiene alguien pero sigue ahí delante y tú te quedas ensimismada sin poder dejar de mirarlo.

Pequeños grandes héroes

Entre el bostezo ciento doce y ciento trece que caracterizan mis viajes en metro de por la mañana me he topado con una noticia interesante, de esas que me siguen haciendo creer en la “parte buena” de las personas. En el día de les Esquadres se han dado 6 medallas honorificas a seis pequeños héroes anónimos pero muchos más admirables que aquellos que chupan la ondas mediáticas.

Por ejemplo, Ramón Pérez que en su día se abalanzó sobre el agresor de una mujer y que iba armado con un cuchillo, un palo y un cristal y pudo salvar a la victima. No es solo, por ejemplo Maura O'Sullivan cuenta: “ Un hombre acuchilló a otro. Se marchó. Pedí asistencia. Me fui y me lo encontré. Le hice una foto con la camisa manchada de sangre. El hombre regresó. Yo iba detrás, la policía llegó y lo arrestaron”.

Vale, lo lees y parece fácil e incluso te puedes decir un “yo también lo hubiera hecho” aunque sabes que probablemente hubieras pasado de largo y me pregunto ¿que hace que decidas ayudar? De hecho es la gran pregunta. La respuesta fácil es la manida “ser buena persona” y yo digo que nanai, que no funciona así el mundo, de hecho, había un séptimo condecorado pero le han quitado la medalla al ser acusado de violencia machista... tachan.. ya lo tenemos! ¿ una persona puede ser héroe y villano a la vez? Claro que sí es mi respuesta. El hecho que un día tengas una acción heroica puede deberse a mil factores que juegan en la complejidad del ser, al igual, que un día cometas un error. No hay negro ni blanco sólo una extensa gama de grises pero, aún y así, en esos grises te encuentras a personas como Ramón o Maura que se la jugaron, ayudaron a un tercero y me hicieron creer que todos tenemos una parte buena que cultivar. Me hicieron creer que “ser valiente no es sólo cuestión de suerte” . Me hicieron creer que entre la multitud que me rodea y a la que prácticamente no miro hay pequeños grandes héroes escondidos.

After Dark

“After Dark” és d'aquells llibres que m'han arribat especialment tot i que el que explica és una historia d'encontres en un moment especial del dia : la nit. Entre el transcurs entre les 12 de la nit i les 7 del matí una serie de personatges es troben, es relacionen, surten de l'escena i es tornen a trobar per contar-nos que passa a les hores bruixes quan la resta dorm.

La Mari llegeix un llibre a mitjanit en una cafeteria de pas i un conegut la retroba, parlen de la seva germana que està en coma. El noi toca en una banda de música i és amic de la propietaria d'un “love hotel que no deixa de ser la secundaria revelació de la història. Què passa a After Dark? No us ho sabria dir però val la pena llegir-la per escoltar tot el que tenen a dir-nos els seus personatges.

Y si..

Como pipas en mi casa, veo una serie en el televisor que no me interesa, escucho canciones que me dicen que estoy perdiendo la ingenuidad, ando por la calle sin rumbo alguno, duermo en bancos de aeropuerto, me entristezco porque no consigo ver gente a la que aprecio, ingiero calorías de todo tipo durante unos días, me siento una espectadora de excepción en un bar, me río sin ganas, oigo voces en mi cabeza y con todo esto no basta. Sigo atrapada en esta calle de angustia y no dejo de preguntarme ¿y si? aunque no hay respuesta a la pregunta

PKMzeta

No iba actualizar el blog hasta volver de vacaciones pero hojeando el periódico he encontrado la noticia del día y, no, no es la crisis sino que un grupo de científicos yankis se acercan a encontrar el borrado selectivo de recuerdos. Uuuh cuantas y variadas cosas se han cruzado en mi cabeza algunas directamentes relacionadas con una larga y muy fructífera conversación de ayer...
Resulta que anda por ahí suelta la molécula PKMzeta que se activa cuando una experiencia empieza asentarse en el cerebro.

Los científicos realizaron experimentos donde se enseñó a roedores a moverse en un espacio donde determinados puntos tenían descargas eléctricas. Una vez que los animales sufrían las descargas, evitaban esos puntos y recordaban hacerlo hasta un mes más tarde. Sin embargo, cuando se les inyectó en el cerebro ZIP, el medicamento experimental que bloquea la PKMzeta, olvidaron casi inmediatamente la memoria y el dolor y volvieron a pisar los puntos de las descargas. Las posibilidades de estudio son múltiples. Para el año 2050, por ejemplo, se calcula que más de 100 millones de personas en todo el mundo sufrirán Alzheimer u otros tipos de demencia y muchas más sufrirán pérdidas de memoria relacionadas con el envejecimiento.

¿Cómo nos puede afectar este descubrimiento? Se utilizará sólo para borrar experiencias traumáticas? si borras parte de tu disco duro de la memória otras áreas quedan afectadas? Todas estas preguntas no hacen más que evocarme a esa gran peli llamada "¡Olvídate de mi!" en la que el personaje de Kate Winslet va a una clínica para que le borren el recuerdo del personaje de Jim Carrey, su novio y no dejo de preguntarme a cuanta gente estaríamos tentados de borrar. Mi lógica malvada trabaja muy rápido estos días, debe ser el efecto de estar enfadada con el mundo, y me imagino gente borrando sus recuerdos y repitiendo la misma acción una y otra vez sin parar con las mismas personas. Por otro lado me imagino mi reacción si descubro que alguien me ha borrado.. seria interesante vivir com alguien decide borrarte de su mente y creo que con esta noticia tengo material para pasarme un buen rato formulando hipotesis.

Huyendo de espejismos

He ido a ver el mar, a sentarme en la arena de la playa y simplemente escuchar el ir y venir de las olas. Necesitaba una cura para un mal segundo. Huyendo de espejismos y ya van unas cuantas veces..
Intento poner en orden mi cabeza pero es una habitación llena de trastos, de cajas cargadas, de fotos desenfocadas y de libros cuarteados. Mi cabeza es un jodido desván en el que se han acumulado demasiadas inutilidades durante veintiocho años y ahora me cuesta elegir de que me desprendo y de que no, confieso que no sé descargarme de los lastres que llevo arrastrando. Ésta vez el mal segundo ha vuelto a ser una sonora bofetada de la realidad para enseñarme, de nuevo, mis problemas de percepción exterior aunque yo ya sepa que el problema está en el interior, en la profundidad de mi propio caos.

Ante esta sensación de impotencia busco en la reflexión para entender porque tropiezo una y otra vez en la misma pauta estúpida y, me pregunto en voz alta si tiene razón ese amigo que escribe que siente que está atrapado en un cubo de metraquilatro. Si me lees te entiendo, yo me siento de una forma parecida. Siento que vivo una parte de mi vida como un mero especatador y que jamás podre ser protagonista de esta área quizás porque no me programaron para serlo. Quizás algunos de nosotros nacimos para no tener lo que queremos y sólo somos el grupo de control de un experimento de grandes proporciones al que le llaman Humanidad.

No tengo respuestas, sólo demasiadas preguntas. No tengo propositos, ahora estoy en modo autoreproche. No voy aprender esta lección sólo me permito sentir mis emociones